Carrera de Robotaxi: líderes tecnológicos de EE. UU., China abraza
Revolución Robotaxi: Estados Unidos lidera la tecnología, China la abraza, pero la percepción pública se queda atrás en Estados Unidos
La carrera mundial para comercializar robotaxis se está acelerando y empresas tanto de Estados Unidos como de China están logrando avances significativos. Sin embargo, a pesar de que las empresas estadounidenses lideran los avances tecnológicos, existe un marcado contraste en la aceptación pública de la tecnología de conducción autónoma, lo que podría obstaculizar el progreso de Estados Unidos.
Los servicios de Robotaxi se expanden en EE. UU. y China
Waymo, la unidad de vehículos autónomos de Google, lanzó recientemente servicios pagos de robotaxi en Los Ángeles, sumándose a sus operaciones existentes en San Francisco y Phoenix. Mientras tanto, Cruise, una filial de General Motors, opera servicios de robotaxi en varias ciudades de EE. UU., y el director ejecutivo de Tesla, Elon Musk, ha anunciado planes para lanzar un robotaxi a finales de este año.
La industria de la conducción autónoma de China está en auge y varias ciudades otorgan licencias para vehículos sin conductor e implementan programas piloto. Plataforma de servicio de robotaxi Apollo Go de Baidu es líder, junto con otros jugadores como AutoX, Pony.ai y WeRide. Además, gigantes tecnológicos como Didi Chuxing se están asociando con fabricantes de automóviles para desarrollar e implementar robotaxis, impulsando aún más la competencia.
Wuhan, en particular, se ha convertido en un líder mundial en operación de vehículos autónomos, y el Apollo Go de Baidu cubre la mayor parte del área urbana de la ciudad. Esto contrasta con ciudades como Beijing, donde los robotaxis se limitan a las carreteras suburbanas.
Percepción pública y regulación: una historia de dos países
A pesar de la superioridad tecnológica de las empresas estadounidenses, la percepción pública y los obstáculos regulatorios presentan desafíos importantes en los EE. UU. Después de los accidentes que involucraron a los taxis autónomos de Cruise, los reguladores de California suspendieron temporalmente el servicio de la compañía y los vehículos de Waymo han enfrentado vandalismo y oposición de los sindicatos.
Las encuestas resaltan una marcada diferencia en la opinión pública. Si bien la mayoría de los estadounidenses expresan temor o incertidumbre acerca de los vehículos autónomos, los encuestados chinos muestran altos niveles de confianza y aceptación, especialmente en áreas con pruebas y despliegue extensos.
Los expertos advierten que esta percepción negativa en EE.UU. podría impedir el progreso tecnológico. Las regulaciones menos restrictivas y el apoyo público de China pueden permitir un despliegue más rápido a gran escala, generando datos y experiencia valiosos que podrían acelerar la comercialización y los avances tecnológicos.
Avances técnicos y panorama regulatorio
Actualmente, la mayoría de los robotaxis cumplen con el estándar de autonomía L4, lo que significa que pueden operar sin conductor en la mayoría de los escenarios, pero están limitados por geocercas y restricciones de velocidad. Si bien las regulaciones chinas exigen oficiales de seguridad en los vehículos (con posibilidad de supervisión remota), muchos vehículos Waymo en los EE. UU. ya los han eliminado.
Los expertos enfatizan que Estados Unidos no debería rehuir el desarrollo de tecnología de conducción autónoma debido a la aprensión del público. Sostienen que asumir riesgos calculados e invertir en más investigaciones es crucial para evitar quedarse atrás de China y otros países con estrategias de desarrollo más agresivas.
La industria cree que la tecnología de conducción autónoma ofrece numerosos beneficios sociales y medioambientales. Además de ser potencialmente más seguros que los conductores humanos, los vehículos autónomos podrían mejorar el flujo del tráfico, reducir el consumo de energía y mejorar la eficiencia en el uso del suelo.
Además, expertos como el profesor Qiao Chunming destacan que la tecnología de conducción autónoma puede beneficiar significativamente a las personas mayores, las personas con discapacidad y las personas con movilidad limitada. Destaca la importancia de considerar las aplicaciones sociales de los vehículos autónomos, no solo sus capacidades tecnológicas.
A medida que continúa la carrera de los robotaxi, Estados Unidos y China están tomando caminos diferentes. Mientras las empresas estadounidenses se centran en ampliar los límites tecnológicos, China prioriza el despliegue y la recopilación de datos a gran escala. El resultado de esta competencia sin duda dará forma al futuro del transporte en todo el mundo.
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